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El experimento "Computadora en la pared": cómo niños y niñas aprendieron a programar sin maestros

En 1999, el pedagogo y científico indio Sugata Mitra decidió comprobar si los niños de barrios pobres podían aprender a usar una computadora sin la ayuda de adultos. Su experimento, simple pero genial, se convirtió en una de las pruebas más sorprendentes de que los niños tienen una increíble capacidad de autoaprendizaje. Este experimento fue llamado "Computadora en la pared" (The Hole in the Wall). Veamos cómo sucedió.

La idea del experimento

Mitra notó una paradoja: los mejores maestros no quieren trabajar donde más se les necesita. Se propuso un objetivo ambicioso: comprobar si los niños sin acceso a la educación formal podían aprender tecnología por sí mismos.
Para ello, instaló una computadora con acceso a internet en la pared de un edificio en un barrio pobre de Nueva Delhi. La pantalla y el ratón eran accesibles desde la calle, y la instalación estaba protegida contra el vandalismo. Mitra no dio ninguna instrucción a los niños, simplemente encendió el dispositivo y se fue.

Los primeros resultados: sorpresa y entusiasmo

Pocas horas después de la instalación, los niños comenzaron a experimentar con la computadora. Nunca antes habían visto una, pero rápidamente aprendieron funciones básicas como mover el ratón y abrir programas. En solo unos días, no solo usaban internet, sino que también enseñaban a otros niños cómo hacerlo.
Por ejemplo, un niño de ocho años en Nueva Delhi enseñó a una niña de seis años a buscar información en internet. En un pueblo de Rajastán, los niños comenzaron a grabar y compartir música. Lo sorprendente es que dominaron estos conceptos en solo cuatro horas después de ver una computadora por primera vez.

Nuevos desafíos: ¿qué más pueden aprender los niños?

Después del éxito en Nueva Delhi, Mitra quiso comprobar si los niños podían enfrentar tareas más complejas.
En un experimento en Hyderabad, los niños recibieron una computadora con reconocimiento de voz en inglés. Al principio, el sistema no entendía su acento, por lo que daba respuestas sin sentido. Mitra simplemente les sugirió que intentaran "hacerse amigos" del computador. Dos meses después, los niños hablaban con un acento británico casi perfecto.
En otro experimento en un pueblo del sur de la India, se les proporcionaron materiales de biotecnología en inglés. En solo dos meses, sin maestros, pudieron explicar cómo la copia incorrecta del ADN causa enfermedades genéticas. Durante estos experimentos, los niños se convirtieron en maestros entre ellos, compartiendo conocimientos y habilidades.

Un avance en la educación: sistemas autoorganizados

Mitra llegó a la conclusión de que el aprendizaje es un sistema autoorganizado donde los niños pueden alcanzar objetivos educativos por sí mismos. Su experimento demostró que, en lugar de seguir instrucciones rígidas, los niños necesitan curiosidad y la oportunidad de explorar.

El legado del experimento

El experimento "Computadora en la pared" ha inspirado reformas educativas en todo el mundo. Los métodos basados en el autoaprendizaje ahora se aplican en programas de programación, ciencia y arte. Mitra sigue desarrollando su idea a través de entornos de aprendizaje autoorganizados, donde los niños aprenden en grupos, con tecnología y apoyo de mediadores.
Este experimento nos dejó una lección valiosa: si los niños tienen acceso al conocimiento y un poco de libertad, aprenderán por sí mismos.